Hoy os traigo uno de mis restaurantes favoritos.
Si os gusta la comida asiática, los restaurantes tipo wok o el chino de toda la vida, este restaurante no os lo podéis perder, pues es una mezcla de las tres cosas pero con ingredientes de gran calidad, un cocinero muy profesional que conoce bien el desempeño de su oficio y un personal amabilísimo.
Lo primero que hemos de decir es que el Tao no es un restaurante chino al uso, ni tampoco un buffet libre común. El Tao es un buffet libre sí, pero no te levantas de la mesa. Empezamos bien ¿no? En el Tao tú pides todo, todo lo que quieres y te lo comes tranquilamente en tu mesita mientras mantienes una animada conversación con el resto de los comensales de la mesa, cosa que de normal, en un buffet es totalmente imposible con todo el personal yendo y viniendo. Por tanto, también nos ahorramos el trasiego de gente, los empujones en las sillas, las filas y esperas...
De momento ¿qué tal vamos? ¿Os interesa?
Os pongo unas imágenes del restaurante (aunque pido perdón por la calidad que no ha resultado muy buena) y luego os sigo contando.
Como veis la decoración no es la típica de un restaurante chino y aunque fue renovado hace poco, es una mezcla no muy acertada de estilo oriental y moderno sobrio.
Como ya habréis visto en el cartel del Tao se trata de un buffet libre a la carta. Esto ¿qué quiere decir? Pues que te traen la carta con todo lo que preparan y tú pides, cómodamente sentado en tu mesa, todos los platos que te apetezcan. Sí, sí, todos. Eso sí, nosotros te recomendamos no dejarte llevar por la gula y pedir dos o tres platos e ir pidiendo más según te los vayas comiendo.
Sabemos que eso no va a ser fácil, porque en cuanto empecéis a ojear la carta, os va a apetecer todo y no vais a saber por donde empezar.
Y después de ver las fotos que os voy a poner puede que escoger entre uno u otro sea aún más difícil.
Para ir abriendo boca, nos decidimos por unos Entremeses fritos variados compuestos por 2 rollitos vietnamitas, 2 empanadillas de marisco y 2 pasta angulo crujiente rellenas de langostino al curry.
Como están recién hechos, calentitos, son extra crujientes, nada aceitosos, riquísimos... Y por supuesto vienen con su salsa agridulce.
Después una verduritas en tempura, con su caldito... Crujientitas, la verdura al dente, exquisitas.
Tallarines Tailandeses, ligeramente picantes. Buenísimos.
Makisushi de cangrejo, aguacate y plátano, con su wasabi y su jengibre. Por supuesto acompañado de salsa de soja al gusto.
Gambas salteadas con verduras, sin palabras...
Verduras variadas al estilo cantonés.
Gambas con ajos tiernos.
Pollo con salsa curry oriental
Pincho de pollo a la plancha.
Pincho de gambas.
Aunque os parezca mentira (a mí, visto así en frío casi también me lo parece) todo esto nos lo metimos entre pecho y espalda mi marido y yo... Esta todo tan bueno que entra sin sentir jijiji.
Y para el final, helado de te verde. Sólo por este plato ya merece la pena ir a comer al Tao. Es suave y delicioso. Hasta el color es bonito.
Como os podéis imaginar, ya no fui capaz de tomarme ni un café. Y eso que nos invitaron a chupito... aunque yo tuve que pasar.
En fin, ya veis que realmente es un buffet libre, sólo que mejor, mucho mejor, porque la comida recién hecha siempre es mejor.
Si vais comprobaréis que el ambiente es muy familiar y que a muchos de los que acuden a comer los saludan porque son habituales.
Lo único que tengo que aconsejaros es que pidáis todo lo que es apetezca pero de forma ordenada. No suelen tardar mucho entre un plato y otro, de hecho más de una vez te encuentras con tres platos en la mesa.
No pidáis lo que no os vais a comer, porque no está bien visto salvo que no os haya gustado
Sólo queda hablar del precio. Es bastante económico: de lunes a viernes mediodía, adultos 9.95; niños hasta 12 años, 5.95; niños menores de 5 años, gratis. Para los Sábados, domingos, festivos y noches hay otra carta un pelín más amplia que justifica un coste ligeramente mayor, 14.95.
A este precio hay que sumar las bebidas, el café, si lo tomáis, y el IVA.
Aunque hay bastantes comensales a mediodía, no suele llenarse, por lo que no es necesario reservar, aunque no entiendo por qué...
Como ya habréis visto en el cartel del Tao se trata de un buffet libre a la carta. Esto ¿qué quiere decir? Pues que te traen la carta con todo lo que preparan y tú pides, cómodamente sentado en tu mesa, todos los platos que te apetezcan. Sí, sí, todos. Eso sí, nosotros te recomendamos no dejarte llevar por la gula y pedir dos o tres platos e ir pidiendo más según te los vayas comiendo.
Sabemos que eso no va a ser fácil, porque en cuanto empecéis a ojear la carta, os va a apetecer todo y no vais a saber por donde empezar.
Y después de ver las fotos que os voy a poner puede que escoger entre uno u otro sea aún más difícil.
Para ir abriendo boca, nos decidimos por unos Entremeses fritos variados compuestos por 2 rollitos vietnamitas, 2 empanadillas de marisco y 2 pasta angulo crujiente rellenas de langostino al curry.
Como están recién hechos, calentitos, son extra crujientes, nada aceitosos, riquísimos... Y por supuesto vienen con su salsa agridulce.
Después una verduritas en tempura, con su caldito... Crujientitas, la verdura al dente, exquisitas.
Tallarines Tailandeses, ligeramente picantes. Buenísimos.
Makisushi de cangrejo, aguacate y plátano, con su wasabi y su jengibre. Por supuesto acompañado de salsa de soja al gusto.
Gambas salteadas con verduras, sin palabras...
Verduras variadas al estilo cantonés.
Gambas con ajos tiernos.
Pollo con salsa curry oriental
Pincho de pollo a la plancha.
Pincho de gambas.
Aunque os parezca mentira (a mí, visto así en frío casi también me lo parece) todo esto nos lo metimos entre pecho y espalda mi marido y yo... Esta todo tan bueno que entra sin sentir jijiji.
Y para el final, helado de te verde. Sólo por este plato ya merece la pena ir a comer al Tao. Es suave y delicioso. Hasta el color es bonito.
Como os podéis imaginar, ya no fui capaz de tomarme ni un café. Y eso que nos invitaron a chupito... aunque yo tuve que pasar.
En fin, ya veis que realmente es un buffet libre, sólo que mejor, mucho mejor, porque la comida recién hecha siempre es mejor.
Si vais comprobaréis que el ambiente es muy familiar y que a muchos de los que acuden a comer los saludan porque son habituales.
Lo único que tengo que aconsejaros es que pidáis todo lo que es apetezca pero de forma ordenada. No suelen tardar mucho entre un plato y otro, de hecho más de una vez te encuentras con tres platos en la mesa.
No pidáis lo que no os vais a comer, porque no está bien visto salvo que no os haya gustado
Sólo queda hablar del precio. Es bastante económico: de lunes a viernes mediodía, adultos 9.95; niños hasta 12 años, 5.95; niños menores de 5 años, gratis. Para los Sábados, domingos, festivos y noches hay otra carta un pelín más amplia que justifica un coste ligeramente mayor, 14.95.
A este precio hay que sumar las bebidas, el café, si lo tomáis, y el IVA.
Aunque hay bastantes comensales a mediodía, no suele llenarse, por lo que no es necesario reservar, aunque no entiendo por qué...