Cómo ya sabéis, estamos reformando el cuarto de mi hija mayor para transformarlo de una habitación de bebé a una de niña mayor. En esta habitación, que hasta ahora ocupaba la peque de la casa, había y hay una cuna convertible, ya sabéis, seguro que habéis visto más de una en las tiendas o en Internet.
Una vez decidido el color y la nueva decoración, mezcla de papel pintado, pintura y stickers, si ya sé: ¡ala cosas! pero el resultado es muy chulo y si no juzgad vosotros mismos...
... quedaba el mayor reto, que era acomodar los muebles de forma adecuada, reconvirtiendo cada pieza a su nueva función y, aunque no fue fácil, ya estaba superada, tuvimos que poner ruedas a la mesilla, patas nuevas a la cajonera y, lo más difícil, elevar la altura de la mesa hasta los 80 cm ya que en el lugar elegido para la mesa hay un radiador que había que salvar.
También teníamos un sofá baratísimo de Ikea que en su momento fue el lugar dedicado a la lactancia y los biberones y que queríamos conservar en la habitación. Como la opción del retapizado no era adecuada a nuestro presupuesto, decidimos "actualizarlo" con unos cojines bonitos.
Claro, después de todo este rollo, os estaréis preguntado cuál es el fracaso que da título a esta entrada, pues bien necesitábamos una estantería para meter todos los libros, juguetes y trastos que la niña quería trasladar a su nueva habitación, y encontrar una que se adaptará a nuestra decoración y colorido teniendo un presupuesto muy pero que muy limitado era difícil no, casi imposible.
Después de mucho caminar de tienda en tienda sin encontrar algo que nos encajara, acabamos como no, en el reino del mueble barato: Ikea. Allí encontramos la estantería Killby, que nos iba muy bien por precio y dimensiones, pero que no nos encajaba por color de ninguna manera. No había más remedio, teníamos que customizarla de alguna manera...
En un principio pensamos en pintar la trasera de rosa, cosa que hicimos aprovechando un resto de pintura, y forrar por dentro y por fuera los laterales de la estantería con el mismo papel que habíamos utilizado para empapelar la pared. La idea era buena y le daba unidad al conjunto. Así que manos a la obra, comenzamos a tomar medidas, pero, primera decepción, el papel no llegaba para forrar el interior y el exterior. Bueno no pasa nada, dijimos, forramos el exterior y ya está, total una vez llena la estantería casi no se va a ver el interior.
Cortamos, encolamos, colocamos, quitamos burbujas y dejamos todo listo para que se secara y proceder al montaje al día siguiente. Pero al día siguiente, el papel no se había pegado, se levantaba solito en el principio y el pie de la estantería. Vaya chasco. Así que el papel quedaba descartado y pintarla por fuera también.
Pensando, pensando me acordé que hacía unos días había visto una cinta adhesiva, tipo washi tape, en la nueva tienda Tiger de Zaragoza (sí, la que he puesto al principio de la entrada) y decidimos forrar la estantería con esta cinta.
El proceso fue muy, muy sencillo, apto para cualquiera con dos manos ya que lo más difícil fue ir uniendo bien cada tira de forma que no montarán ni demasiado ni demasiado poco, vamos chupado, porque puedes ir levantando y rectificando todas las veces que necesites.
El resultado ha sido muy superior a lo que esperaba, la verdad. Ha quedado magnifico, divertido y espléndido, como veis estoy entusiasmada. Ahí van unas fotillos.
Y así ha quedado una vez, llena de libros...
Espero que os guste tanto como a mí, ya que resulta una solución barata y bonita para adaptar muebles a nuestra decoración.
Y si tenéis curiosidad por ver como ha quedado la habitación, podéis visitar la galería de imágenes que os dejo aquí abajo... Por cierto, fijaos en la lámpara de ganchillo que adorna el techo de la habitación que en unos días colgaré el "cómo se hizo" jajajajaja...
Me parece muy bonito, en fin el cuarto le ha quedado precioso que lo disfrute peque.Ileana
ResponderEliminarMuchas gracias. A la peque le encantó su cuarto nuevo así que el proyecto fue todo un éxito.
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